Durante el fraguado y el primer periodo de endurecimiento del hormigón debemos asegurar un correcto “CURADO”, de forma que se mantenga la humedad adecuada, evitando desecaciones bruscas que afecten el proceso de hidratación del cemento y que originen tensiones internas co la aparición de los daños que a continuación detallamos.
La instrucción EHE en su capítulo XIII, apartado 71.6, propugna el curado durante el tiempo que se establezca en función del tipo y clase de cemento, de la temperatura y de la humedad ambiental, por lo que lógicamente el periodo de curado variará según el momento en el que se ejecute la estructura.
El curado del hormigón podrá ser mediante el aporte de agua o mediante la protección de las superficies mediante recubrimientos de plástico, agentes filmógenos u otros tratamientos adecuados; en cualquier caso se garantizará que no se contamina el hormigón.
Con la ausencia de un correcto curado, el hormigón puede verse afectado en dos aspectos de gran relevancia:
1.- La desecación brusca podría producir la hidratación incompleta o irregular del cemento por lo que la resistencia última del hormigón a compresión podría verse afectada negativamente, así como la calidad del material en cuanto a presentar menor resistencia a la carbonatación u otros agentes agresivos.
2.- La perdida progresiva de agua, sobre todo si es rápida, provoca tensiones internas en el hormigón, que en determinados elementos podrían acentuar las fisuraciones por retracción, lo cual generalmente afecta a la durabilidad de hormigón y en determinados casos en los que las fisuraciones afectan a zonas sensibles podrían poner en riesgo la seguridad de la estructura.
A continuación pasamos a detallar los daños producidos por la retracción del hormigón, que no siempre tienen su solución en el curado, pero un correcto curado sin duda reduce los efectos de la retracción. Se distinguen tres tipos muy concretos:
- Fisuras de retracción plástica “afogarado”:
Testigo con grieta por retraccion plástica |
Son predominantes en superficies horizontales y con mayor probabilidad cuanto mayor sea la superficie expuesta y menor sea el canto de la pieza, en elementos de sección variable (forjados nervados) las fisuras suelen aparecer en las zonas de menor espesor.
Estas fisuras se producen en el proceso de endurecimiento del hormigón, apareciendo a los primeros días del hormigonado, en este caso el curado es vital ya que en el mantenimiento de la humedad superficial limitará la contracción de la capa superficial del hormigón.
- Fisuras por asentamiento plástico “exudación”:
El asentamiento plástico se produce por el proceso de exudación que sufren determinados hormigones, las partículas gruesas descienden y provocan el ascenso del agua a la superficie que posteriormente se evaporará, el hormigón experimentará una reducción de volumen por asentamiento y podrá sufrir figuraciones.
En este caso las fisuras aparecen en las primeras horas posteriores al hormigonado y en ellas tiene una mayor influencia la calidad del hormigón fresco, en cuanto a sus componentes y sobre todo la dosificación empleada.
- Retracción hidráulica del hormigón:
La retracción hidráulica en el hormigón se produce en el proceso de endurecimiento que sufre el hormigón durante las primeras semanas de vida, el hormigón va perdiendo agua de cristalización de forma gradual y se produce disminución de volumen con el consiguiente riesgo de fisuración.
La retracción hidráulica introduce tensiones en la sección de hormigón, cuanto más rígida es la estructura más coartada estará por lo que mayor retracción y fisuración sufrirá. En elementos estructurales extensos o de gran volumen, donde las tensiones de retracción pueden ser peligrosas, es imprescindible la organización de un plan de hormigonado que minimice los efectos de la retracción, así como la previsión de juntas de retracción en caso necesario.
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