3 de abril de 2011

LAS PAGODAS JAPONESAS, SUPERVIVIENTES AL PASO DE LOS AÑOS Y DE LAS ADVERSIDADES.

La Pagoda Japonesa es el símbolo de muchos recinto sagrados japoneses, es uno de los edificios más significativos de la Arquitectura Tradicional, sus cinco plantas se elevan hacía el cielo con gran sensación de esbeltez y ligereza.

Durante los más de mil años de vida de muchas Pagodas, solo hay constancia de labores del lógico mantenimiento y de reparación de daños provocados por el efecto del rayo (su gran amenaza), pero no se conocen casos de colapso por la multitud de desastres naturales que habrá sufrido Japón en tan largo plazo, fundamentalmente terremotos y tifones.

¿Cómo se explica que las Pagodas hayan superado TERREMOTOS y TIFONES que otras construcciones menos antiguas no soportaron?.

Trataremos de dar respuesta a esa cuestión.

El comportamiento estructural de una Pagoda ante un empuje lateral intenso es muy asimilable al de un árbol, en cuanto a que cuenta con un fuste central del que se cuelgan los distintos niveles (shoju, niju, sanju, shiju y jogu); ante un gran terremoto cada nivel se mueve de forma independiente, si la inferior se inclina hacia la izquierda la superior lo hará hacia la derecha, de forma que un antiguo y experto carpintero japonés lo definió como “la danza de la serpiente”, parece claro que esta libertad de movimiento es la clave para equilibrar y disipar la energía destructiva provocada por el sismo o el tifón. Destacamos dos aspectos constructivos de gran interés:

1.- El fuste central (shinbashira), de madera y de una sola pieza, de escuadría constante o decreciente según se asciende, la elección del árbol más robusto y más vertical no debería ser fácil;  aporta estabilidad al edificio funcionando como un péndulo empotrado en su base y  con la flexibilidad de la madera hace posible que oscile y se deforme para después recuperar la posición inicial una vez el sismo o el tifón ha pasado.


2.- El maestro carpintero japonés ha sabido resolver los nudos de conexión de los distintos niveles al pilar central (shinbashira), mediante ensambles sin clavos y con juntas  bien situadas y de holgura suficiente para permitir el movimiento diferencial e independiente y por tanto se consigue disipar la energía sísmica antes de que llegue al pilar central..


Seguramente la experiencia de las Pagodas ha sido muy útil para la Ingeniería japonesa moderna, que ha conseguido un nivel de eficacia muy elevado ante el temido sismo.

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